Según el Boletín Integrado de Vigilancia, la enfermedad registró un aumento del 30% de sus casos en los recientes dos años.
Sífilis. Enfermedad de transmisión sexual. Enfermedad infecciosa de curso crónico. Enfermedad producida por la espiroqueta Treponema pallidum. Enfermedad cuyas manifestaciones clínicas son de intensidad fluctuante. Enfermedad que, pese a los desarrollos científicos de las últimas décadas en el mundo, aún continúa siendo una de las principales preocupaciones globales. Enfermedad que, sólo en Argentina, registró un aumento del 30% de sus casos en los recientes dos años.
Los resultados oficiales son contundentes. Según el Boletín Integrado de Vigilancia, con publicación del Ministerio de Salud de la Nación Argentina en el mes de abril de 2017, la provincia de Buenos Aires presentó una gran prevalencia de casos entre 2015 y 2016: el incremento porcentual de casos registrados se posicionó en torno al 30%, de modo que los profesionales de la salud coinciden en que la principal casuística se enmarca sobre la disminución del uso de preservativos en las relaciones sexuales.
Por su parte, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasó de 1.898 casos en 2015 a 1.967 en 2016, es decir un aumento del 4,6%, al tiempo que en la provincia de Córdoba la escalada fue del 19% (981 casos en 2015 frente a 1.210 en 2016), en Santa Fe se ubicó en torno al 15% (937 vs. 1095), en Mendoza la suba fue de 142 a 315 casos, un 55%, en Chubut la medición interanual fue del 58% (57 infectados en 2015 y 135 al año siguiente), y en la provincia de La Pampa el incremento fue aún mayor: el 80% (24 a 117).
Sífilis congénita. En el Hospital Posadas de la provincia de Buenos Aires la cifra de casos de sífilis en embarazadas trepó del 1,3% del total de partos en 2015 al 2,3% en 2016. Además, el incremento fue del 6% al 11% en un año en la cantidad de nacidos vivos que manifestaron la enfermedad. A grandes rasgos, si la mujer embarazada presenta la bacteria en la sangre podrá ser transmitida al feto durante la gestación, a través de la placenta o el canal de parto. De modo que, la mayor prevención deriva del uso de preservativo, la realización de pruebas diagnósticas durante el control prenatal y, en caso de detectar la infección en la mujer embarazada, iniciar el tratamiento con penicilina para la curación de la enfermedad en la mujer, evitando la posibilidad de que se le transmita a su hijo/a.
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