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ENFERMERÍA

El rol de la enfermería en el traslado del paciente crítico

La labor de los profesionales de enfermería es sumamente importante.

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Los aspectos más relevantes del artículo

  • El traslado de pacientes críticos debe ser realizado por personal especializado y entrenado para dicha labor.
  • En Reino Unido, los pacientes trasladados por un equipo no especializado presentaron acidosis e hipotensión con mayor frecuencia que aquellos trasladados por personal idóneo.
  • Un estudio realizado en Holanda demostró que ocurrieron eventos adversos en el 34% de los traslados.
  • El 70% de dichos eventos fueron considerados prevenibles.
  • Al realizase el traslado del paciente de una unidad a otra juega un papel central la transferencia, es decir la comunicación entre profesionales sanitarios.

Tras el ingreso de un paciente en estado crítico, que fue resucitado y estabilizado, la/el médica/o puede tomar la decisión de trasladarlo para brindarle una atención de mayor complejidad o realizarle estudios específicos.

En el momento del traslado, la labor de los profesionales de enfermería es sumamente importante para mantener al paciente estabilizado. Además de identificar alteraciones en su estado, evitar errores y proporcionar la información necesaria y requerida en la unidad o área de destino.

Etapas del traslado

  1. Etapa de pretraslado: informar al paciente y/o familia sobre la necesidad, riesgos y beneficios del traslado.
  2. Traslado del paciente: desde la unidad de ingreso a otra unidad o al área de realización de pruebas complementarias/diagnósticas. Aquí, el personal acompañante es el encargado de velar por la seguridad del paciente. Además, por la identificación precoz de cualquier alteración en su estado.
  3. Recepción del paciente en la unidad donde estaba el paciente ingresado: llegada del paciente a la unidad desde donde partió, recepcionado por el personal de la unidad.

La importancia de que los profesionales especializados realicen el traslado 

En un artículo publicado en la Revista Hospital Clínico, de la Universidad de Chile, los autores detallan que existe evidencia que demuestra que el traslado de pacientes críticos debe ser realizado por personal especializado. También, debe estar entrenado para dicha labor, pues esto permite mejorar la calidad de la transferencia.

Al respecto, indican que, en Reino Unido, los pacientes trasladados por un equipo no especializado presentaron acidosis e hipotensión en gran medida. En cambio, aquellos trasladados por profesionales especializados lo hicieron con menor frecuencia. De 168 traslados, 91 fueron realizados por un equipo no especializado. Dentro de este grupo, un número significativo de pacientes presentó acidosis (pH<7.1; 11% vs. 3% p<0.008) e hipotensión (PAM<60 mmHg; 18% vs. 9% p><60 mm Hg; 18% vs. 9% p<0.03).

Incidentes críticos durante el traslado

Los autores, también, sostienen que el paciente que cursa una patología crítica y que resulta expuesto a un traslado tiene un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad. Esto, independientemente del tipo traslado.

Muchas veces, a pesar de tomar las precauciones necesarias, pueden ocurrir errores que propician un desenlace fatal.

En Holanda, investigadores demostraron esta hipótesis mediante un estudio prospectivo donde fueron transferidos 100 pacientes a diversas unidades críticas. Lamentablemente, en el 34% de las transferencias ocurrieron eventos adversos. El 70% fueron considerados prevenibles.

Algunos de los errores más frecuentes

  • Desconexión temporal de la monitorización (ECG, pulsioxímetro, etcétera).
  • Alteraciones fisiológicas como hipo o hipertensión.
  • Bajos niveles de sedación pueden llevar al paciente a realizar movimientos, agitarse, o atravesar una desadaptación.
  • Mal funcionamiento del respirador o balas de oxígeno vacías.
  • Falta de coordinación con el servicio receptor.
  • Desconexión o salida de catéteres o sondas.
  • Extubación accidental.
  • Bombas de perfusión sin batería.

La comunicación: clave para un traslado eficiente

Al realizase el traslado del paciente de una unidad a otra, la transferencia juega un papel central. Se denomina así a la comunicación entre profesionales sanitarios en la que se transmite información clínica de un paciente. Se traspasa la responsabilidad del cuidado a otro profesional sanitario o grupo de profesionales, ya sea de forma temporal (relevo, cambio de turno) o definitiva (cambio de unidad o de nivel asistencial).

En una conferencia realizada en Badajoz en el año 2012, profesionales del área de la enfermería sostienen que utilizan el modelo ISOBAR. Lo hacen para eliminar los déficits de comunicación y, de esta manera, minimizar los errores que pueden provocar. El nombre del modelo está conformado por las iniciales de cada una de las acciones que se desarrollan en esa instancia:

  • Identificación del paciente y de los profesionales a los que se transfiere la responsabilidad por el paciente.
  • Situación. Motivo de la asistencia sanitaria, cambios en el estado del paciente, posibles complicaciones y aspectos a vigilar.
  • Observación de los signos vitales recientes, pruebas realizadas, evaluación del paciente.
  • Background o antecedentes clínicos relevantes. Riesgos y alergias.
  • Acordar un plan. Dada la situación, ¿qué hacer para normalizarla? ¿qué se ha hecho ya? (tratamiento, medidas terapéuticas, cuidados) ¿Qué queda pendiente? (medidas terapéuticas, medicación, perfusiones, comprobaciones).
  • Read-back. Confirmar la eficacia de la transferencia y establecer responsabilidades (¿quién hace qué y cuándo?).

Este modelo es una adaptación del modelo SBAR utilizado para aumentar la seguridad del paciente en la relación extrahospitalaria/hospitalaria.

Medidas de neuroprotección

Los pacientes neurocríticos son aquellos que presentan accidente vascular encefálico (AVE), hemorragia intracerebral (HIC), traumatismo encefalocraneano (TEC), trauma raquimedular, post-PCR (con encefalopatía hipóxico-isquémica) o estatus epilépticos.

Para evitar complicaciones a la hora de trasladar a este tipo de pacientes es necesario llevar a cabo una adecuada monitorización, lo que incluye el control de la presión arterial, oxigenación y evaluación seriada del estatus neurológico. En algunos casos, se deberá efectuar una monitorización más avanzada, como capnografía. También, un adecuado control de la presión intracraneana (PIC), manejo de vía aérea y ventilación.

Por otra parte, es indispensable realizar un control adecuado de los estímulos del medio. Estos pueden ser ruidos, vibraciones y/o movimientos bruscos. Aquellos que puedan producir incomodidad, agitación, náuseas y vómitos al paciente. Dicha situación podría aumentar la PIC, por lo que es necesario evaluar algún grado de sedación con dosis efectiva, fármacos de corta vida media. Siempre, habiendo evaluado previamente y registrado el estatus neurológico basal del paciente.

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Fuente/s:

Enfermeriacreativa.com Revista Hospital Clínico de la Universidad de Chile Areasaludbadajoz.com

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