Los doctores Maya Marini, Raúl Winograd y Andrea Cohen se refieren al aumento de los casos de ITS, la sexualidad en el embarazo, el rol de los/las obstetras y la anticoncepción en la adolescencia.
“Muchas de las preocupaciones de pacientes sobre su salud sexual pueden ser resueltas de manera simple en la consulta, sin necesidad de realizar derivaciones con la/el especialista en sexología”, expresa Maya Marini, médica sexóloga.
Y agrega que, en el consultorio, “la manera de referirse a los problemas sexuales, las preguntas que se efectúan y la forma de realizarlas son más importantes que el contenido en si mismo. Por eso, generar un clima de respeto, privacidad y escuchar al paciente resultan claves”.
Pero la sexualidad no solo es un tema de interés para los sanitarios, también lo es para los profesionales de otros ámbitos. De forma cada vez más frecuente, educadores, trabajadores sociales, antropólogos o sociólogos requieren herramientas teóricas y prácticas para abordar esta temática en sus ámbitos laborales o académicos.
Es preciso aclarar que, a la hora de hablar sobre sexualidad, es importante contemplar otros dos aspectos fundamentales: los métodos anticonceptivos y las infecciones de transmisión sexual (ITS).
Estos tres ejes, a su vez, están atravesados por diversas problemáticas, algunas de las cuales serán abordadas a continuación.
En los últimos años, los casos de sífilis en Latinoamérica han aumentado exponencialmente. Las cifras son comparables a las existentes antes de la aparición de la penicilina. En el caso particular de Argentina, el doctor Raúl Winograd, Profesor Titular Consulto de Obstetricia de la UBA y Miembro Honorario de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia), sostiene que no hay datos oficiales porque la mayoría de los casos no se informan.
De acuerdo con un informe publicado en junio de 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día se registra cerca de un millón de nuevos casos de ITS consideradas “curables”.
Eso se traduce en que, cada año, a nivel global, se presentan 376 millones de nuevos casos de cuatro infecciones en particular (antes conocidas como enfermedades venéreas): clamidia, gonorrea, tricomoniasis y sífilis.
Sólo la sífilis causó aproximadamente unas 200.000 muertes fetales y de recién nacidos en 2016 (el último año en el que existen datos actualizados al respecto).
La sexualidad durante el embarazo ha sido, frecuentemente, un tema de tabú y rodeado de mitos. Por este motivo, Marini señala que durante los controles prenatales es fundamental incluir una visión integral de la salud de la mujer, entendiéndola como un ser sexual también en esta etapa.
En el caso específico de los embarazos de bajo riesgo, la especialista subraya que no hay motivo para pensar que las relaciones sexuales serán riesgosas y producirán efectos perjudiciales para el feto o la madre.
Por otra parte, indica que es recomendable abordar el tema de la sexualidad de forma natural desde el inicio de las consultas. “Esto permite habilitar a que realicen preguntas ambos integrantes de la pareja, teniendo presente que las relaciones sexuales durante el embarazo contribuyen a fortalecer el vínculo afectivo de la pareja”, puntualiza Marini.
En cuanto al postembarazo, el momento de retomar la actividad sexual en esta etapa es un tema de interés práctico, tanto para la mujer como para el varón. Por eso, Marini indica que es importante que la pareja pueda compartir un espacio íntimo y un tiempo exclusivo para ellos donde no solo se trate de estar juntos físicamente sino de expresar sus sentimientos, emociones y miedos.
El embarazo y el nacimiento de un hijo es un periodo muy especial en la vida de una mujer, que involucra cambios corporales, hormonales, psicológicos, sociales y culturales. Estos cambios pueden influir en su propia sexualidad como así también en la salud sexual de la pareja.
Es por esto que, según la especialista, tratar el tema de la esfera sexual debe incluirse en la atención de la mujer embarazada y durante puerperio.
“Es importante brindar información acerca de ello a las parejas para ayudarlas a disfrutar de los placeres de la intimidad sexual durante el embarazo, entender los cambios y ajustes que se deben efectuar y que reconozcan que la mayoría de los problemas son transitorios”, puntualiza Marini.
El 58,9 por ciento de los embarazos de adolescentes de 15 a 19 años y el 83, 4 de los de las menores de 15 años son reportados como no intencionales por las niñas y adolescentes. La causa de esos embarazos no deseados radica en la baja o asistemática utilización de métodos anticonceptivos.
Precisamente, la doctora Andrea Cohen manifiesta que disminuir la tasa de embarazo adolescente no deseado es un desafío para los profesionales de la salud. Sin embargo, subraya: “Pensar que el acceso seguro y gratuito a los métodos pueda, por si solo, disminuirla, es reducir el problema a un solo aspecto”.
De acuerdo con la profesional, el embarazo adolescente esta atravesado por múltiples factores:
En la misma línea, Winograd detalla que entre los factores que se reconocen como barrera a una prevención efectiva de los embarazos no intencionales en la adolescencia se destacan:
Estos temas y otros serán abordados por los doctores Marini, Winograd, y Cohen en el Curso Superior de Sexualidad, Anticoncepción e ITS que brindarán en océano medicina.
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