La investigación en enfermería ha crecido en el último tiempo en América Latina. Pero ese desarrollo ha sido lento y con menor impacto que el logrado en otras disciplinas. La identificación de necesidades y barreras que atentan contra la investigación resulta vital para la práctica de la enfermería. Ayudaría, además, a cumplir con metas de salud pública en la región.
La investigación en enfermería facilita un mayor conocimiento acerca de la ontología de los cuidados y mejora la calidad de atención en los servicios de salud. Además, permite organizar diseños curriculares en las escuelas y facultades de la disciplina. Algunos países desarrollados ya lo saben y es por eso que han apostado de manera temprana al rol transformador que tiene esta actividad.
Es cierto que en el último tiempo la investigación en la Latinoamérica ha venido en franco crecimiento. Pero, según expertos, persisten dificultades y falta de definición de prioridades. En ese sentido, un reciente artículo de opinión concluye que se deben jerarquizar iniciativas relacionadas con las intervenciones e innovaciones en enfermería. Considera la investigación en estos tópicos puede contribuir a cerrar la brecha que aún existe en la región entre la teoría y la práctica de la profesión.
Giselly Matagira Rondón integra la Facultad de Enfermería de la Universidad CES (Colombia). En el citado artículo, publicado en la revista CES Enfermería, menciona que en América Latina los principales esfuerzos en investigación en enfermería se centran en: experiencias o conocimientos de los pacientes, la caracterización de grupos de enfermos y en el análisis de factores de riesgo relacionados con patologías crónicas. Eso contrasta con los temas de investigación que se encaran en países que no son de habla hispana. Allí la investigación en enfermería gira más en torno a la organización, funciones, servicios y entrenamiento de los profesionales.
Para Matagira Rondón, el desarrollo de la investigación en la región va muy por detrás de lo logrado en otras disciplinas del ámbito sanitario. Además, si se consulta la literatura disponible se detecta que ese crecimiento no ha sido homogéneo. Los países que concentran un mayor número de trabajos publicados son Brasil y México. “La producción científica en la región persiste en niveles bajos, con visibilidad internacional limitada y poca colaboración entre los distintos países”. Esto, según la experta comenta en el texto.
El bajo desarrollo de conocimiento científico por ejemplo atenta contra la identificación de situaciones en grupos vulnerables. Pero también restringe el diseño de políticas públicas o la adecuada planificación de recursos humanos, basado en la evidencia.
La investigación en la enfermería del siglo XXI debe tener en cuenta el impacto de intervenciones y nuevas tecnologías. Pero también considerar aquellas innovaciones sociales capaces de mejorar la prevención de la enfermedad y el cuidado de los pacientes. Según Matagira Rondón, una mayor participación de la investigación en la enfermería comunitaria, la vigilancia epidemiológica, la salud pública o los cuidados avanzados, favorecería en la región el ansiado acceso universal a la salud.
La experta considera esencial avanzar con un rumbo -que sin dejar de lado el contexto histórico, social, o cultural, de América Latina -permita integrar distintas metodologías y perspectivas. En ese sentido, ve como importante la conformación de equipos integrados por investigadores, educadores, administradores, personal de enfermería clínica, e incluso representantes de la comunidad interesada. De ese modo considera que es más factible identificar problemas locales y poner en marcha soluciones. Además, cree que la formación de estos equipos alentaría al personal que ejerce la práctica clínica a involucrarse más en el proceso de investigación.
Algo que por otra parte lamentablemente no sucede muy a menudo en América Latina. Entre otras cosas debido al poco fomento que tiene la investigación en los sistemas sanitarios. “Es importante, tanto en entornos académicos como clínicos, cultivar la reflexión en este tema. Además de favorecer vínculos entre la investigación y la práctica”, comenta Matagira Rondón. Y agrega que “hay que animar al personal de enfermería a que contribuya en el desarrollo, implementación y evaluación de innovaciones en el cuidado de la salud”.
Medicina intensiva
200 horasCardiología
400 horasMatagira-Rondón G, Agudelo-Cifuentes MC, Toupin I, Bergeron DA. Nursing research in Latin America: priorities and possible solutions to move it forward. Rev CES Enf [Internet];3(1):46-54. Disponible en: https://revistas.ces.edu.co/index.php/enfermeria/article/view/6691/3662
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